UNA NUEVA PRIMAVERA ESPIRITUAL


«Si se promueve la lectio divina con eficacia, estoy convencido de que producirá una nueva primavera espiritual en la Iglesia… La lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón… No hay que olvidar nunca que la Palabra de Dios es lámpara para nuestros pasos y luz en nuestro camino»

Benedicto XVI, 16 septiembre 2005


HISTORIA Y PASOS DE LA LECTIO DIVINA




INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO





lunes, 3 de junio de 2013

Papa Francisco : Homilía del Lunes 3 de Junio 2013 en Santa Marta : Pecadores, corruptos y santos.

(RV).- Pecadores, corruptos y santos. El Papa Francisco centró en este trinomio su homilía de la Misa de esta mañana en la Casa de Santa Marta. El Papa subrayó que los corruptos hacen mucho mal a la Iglesia porque son adoradores de sí mismos; los santos en cambio le hacen tanto bien, son luz en la Iglesia. En la Misa – concelebrada con el cardenal Angelo Amato – participó un grupo de sacerdotes y colaboradores de la Congregación para las Causas de los Santos y un grupo de Gentiluomini- Caballeros de Su Santidad.

¿Qué pasa cuando nosotros queremos convertirnos en dueños de la viña? El Papa desarrolló su homilía partiendo del Evangelio del día sobre la parábola de los viñadores malos para reflexionar sobre “tres modelos de cristianos en la Iglesia: los pecadores, los corruptos y los santos”. El Papa observó que “no es necesario hablar mucho de los pecadores, porque todos lo somos”. Nos conocemos “desde dentro - continuó - y sabemos qué cosa es un pecador. Y si algunos de nosotros no se siente pecador, que vaya a ver al médico espiritual”, porque “algo no funciona”. La parábola nos habla de otra figura, de aquellos que quieren “adueñarse de la viña y han perdido la relación con el Dueño de la viña”. Un Dueño que “nos ha llamado con amor, nos custodia, y que también nos da la libertad”. Estas personas “se han sentido fuertes, se han sentido autónomas de Dios”:

“Estos, lentamente, se han resbalado sobre aquella autonomía, la autonomía en la relación con Dios: ‘Nosotros no tenemos necesidad de aquel Dueño, ¡que no venga a molestarnos!’. Y nosotros vamos adelante así. ¡Estos son los corruptos! Aquellos que eran pecadores como todos nosotros, pero que han dado un paso adelante, como si se hubieran consolidado en el pecado: ¡no tienen necesidad de Dios! Pero esto solo aparentemente, porque en su código genético está impresa esta relación con Dios. Y como no la pueden negar, se hacen un Dios especial: son Dios ellos mismos. Son los corruptos”.

Esto, agregó el Papa, “es también un peligro para nosotros”. En las “comunidades cristianas”, observó, los corruptos piensan solo al propio grupo: “Bueno, bueno. Es uno de los nuestros” - piensan - pero, en realidad, "son ellos para sí mismos”:

“Judas empezó: de pecador avaro terminó en la corrupción. El camino de la autonomía es un camino peligroso: los corruptos son grandes desmemoriados, han olvidado este amor, con el cual el Señor ha plantado la viña, ¡los ha hecho a ellos! ¡Han cortado la relación con este amor! Y ellos se convierten en adoradores de sí mismos. ¡Cuánto daño han causado los corruptos en las comunidades cristianas! Que el Señor nos libre de resbalar en este camino de la corrupción”.
El Obispo de Roma se refirió a los santos, recordando que hoy se cumplen 50 años de la muerte del Papa Juan XXIII, “modelo de santidad”. En el Evangelio de hoy, observó, los santos son aquellos que “van a cobrar el alquiler” de la viña. “Ellos saben qué cosa les espera, pero deben hacerlo y hacen su deber”:

“Los santos, aquellos que obedecen al Señor, aquellos que adoran al Señor, aquellos que no han perdido la memoria de amor, con el cual el Señor ha plantado la viña. Los santos en la Iglesia. Y así como los corruptos hacen tanto daño a la Iglesia, los santos le hacen tanto bien. El apóstol Juan dice que los corruptos son el anticristo, que están en medio a nosotros, pero que no son parte de nosotros. La Palabra de Dios nos habla de los santos como de luz, ‘aquellos que estarán ante el trono de Dios, en adoración’. Pidamos hoy al Señor la gracia de sentirnos pecadores, pero verdaderos pecadores, no pecadores en general, sino pecadores por esto, esto y esto, concretos, con lo concreto del pecado. La gracia de no convertirnos en corruptos: ¡pecadores si, corruptos no! Y la gracia de ir por el camino de la santidad. Así sea”.(RC-RV)